viernes, 17 de junio de 2011

La pena

¿Mereció la pena?

Me lo preguntaba desde esa profundidad perturbadora de sus ojos, tan poco buscada y tan ineludible. Me lo preguntaba por mantener la conversación, por orillar silencios. Me lo preguntaba por preguntar.

Y yo le respondí en serio, a la literalidad de la pregunta.

Fue mucha pena para un destello tan breve.

Fabriqué un silencio. Uno no pregunta ¿mereció la pena? para que le hablen de verdad de la pena.

Seguí, aun a riesgo de que el silencio terminara por llenarlo todo. Últimamente casi todo cuesta demasiado y es difícil disfrutarlo. Cuando veo a la gente por la tele bailar, saltar, pasarlo bien, me cuesta ponerme en su lugar, me cuesta concebir ese estado de delirio en mi aquí, mi ahora.

Mira qué rama tan rara tine ese árbol, parece como un dragón.

Pues no, no fabriqué un silencio.

Verdad, qué curiosa.
 
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