jueves, 30 de octubre de 2008

te has lucido, reina.

Acaba de salir a la venta el libro de Pilar Urbano La reina muy de cerca. Aparte de que la reina se dedique a engordar el bolsillo de sus amiguitas a golpe de entrevista, hay muchas cosas que me parecen muy mal en el contenido que, a través de los medios, empiezo a conocer del libro. En especial, por supuesto, lo que me toca personalmente, su opinión acerca del movimiento gay y del matrimonio entre personas del mismo sexo.

Ante lindezas como esta: Puedo comprender, aceptar y respetar que haya personas con otra tendencia sexual, pero ¿que se sientan orgullosos por ser gays? ¿Que se suban a una carroza y salgan en manifestaciones? Si todos los que no somos gays saliéramos en manifestación... colapsaríamos el tráfico y sobre todo como esta: Si esas personas quieren vivir juntas, vestirse de novios y casarse, pueden estar en su derecho, o no, según las leyes de su país; pero que a eso no lo llamen matrimonio, porque no lo es. Hay muchos nombres posibles. contrato social, contrato de unión no estoy dispuesto a mirar hacia otro lado.

Yo siempre he sido muy tibio con el tema de la monarquía. La verdad es que mientras gobierne quien las urnas decidan, la jefatura del estado "decorativa" me da bastante igual. Incluso veía ciertas ventajas a la monarquía frente a la figura de un presidente de la república. En un país, como este, tan dado a las trifulcas agrias y crispadas, la monarquía saca a la institución de la jefatura del estado del rifirrafe partidario y partidista. Pero esta señora acaba de convencerme de lo contrario.

No acepto que alguien que vive de mis impuestos para "representarme" niege la legitimidad de mis derechos. Si mi amor no otorga derechos en la misma medida y con el mismo nombre que el amor de otros, mi amor es de segunda categoría, si mi amor es de segunda categoría yo soy un ciudadano de segunda, con menos derechos que otro. Cómo pretende esta señora representar a unos ciudadanos a los que considera inferiores en derechos, con qué cara se atreve además a vivir del esfuerzo, del trabajo de esos ciudadanos.

Yo no soy un ciudadano de segunda y no acepto que esta señora sea una ciudadana de primera, no acepto que esté por encima de las leyes a que debemos someternos los demás, para además negar desde su pedestal mis derechos.

Solo le deseo muchos años de vida, para que vea caer la monarquía y para que vea a alguno de sus innumerables nietos y nietas casarse con alguien de su mismo sexo.

Acabas de conseguir un nuevo republicano convencido, gracias, reina.

4 comentarios:

Alfredo dijo...

Hombre, teniendo en cuenta que su padre, el rey Pablo de Grecia, fue un tremendo mariquita que perseguía a los lacayos por los pasillos de palacio (según Truman Capote), pues me parece que esta mujer no se entera...

Vulcano Lover dijo...

yo, que más bien soy también tibio y discreto en estos temas, hasta he puesto un comentario en la noticia del país, un poco en la misma línea. Pues que pongamos como nos pongamos, la monarquía no tiene libertad de expresión. Porque les pagamos todos su sueldo y deben representarnos a todos con dignidad, y aguantandose si o todos sus subditos tienen la misma idea de vida que ellos. Lo siento, pero es el precio a pagar por vivir del cuento.

Anónimo dijo...

¿Te imaginas en los libros de Historia de un futuro no muy lejano?...
La Tercera República española surgió, entre otros, de la mano del movimiento gay tras la revelacion de que la corona se mostraba en contra del matrimonio homosexual...
Seria lo masssss, jajaja.
Solo hay algo peor que una marica mala y es todo un colectivo de maricas enfadadas. Que para reinas ellas...

Carlitos Sublime dijo...

Yo lo que digo es que mi única reina es la Santísima Virgen de la Esperanza Macarena!!! Y por supuesto, también la Virgen de la Cabeza Coronada, a quien todos veneramos (incluido tú, ¿no?). Jajajaja!!!

Un besote, amigo.

 
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