jueves, 28 de febrero de 2008

sábado, 23 de febrero de 2008

No menear los genitales donde no se debe

Un diputado israelí: 'Los homosexuales tienen la culpa de los terremotos'


Los homosexuales son responsables de la ola de terremotos que ha sacudido Israel en los últimos meses porque, según él, Dios ya advirtió de que no hay que 'menear' los genitales donde no se debe, dijo el miércoles en la Knesset (Parlamento) un diputado israelí religioso ortodoxo.

'El Talmud nos dice que una de las causas de los seísmos, que la Knesset legitimó, es la homosexualidad', dijo Shlomo Benizri, uno de los 12 diputados del partido Shass, refiriéndose al texto que recoge la tradición oral religiosa judía.

La Knesset legalizó la homosexualidad en 1988 y en los años siguientes diversos textos legales han reconocido los derechos de los homosexuales.


Movimientos sísmicos
'Dios dijo que sacudiría el mundo para despertaros si meneábais vuestros genitales donde no se supone que no tenéis que hacerlo', dijo Benizri ante una comisión parlamentaria que estudia las medidas para protegerse de los movimientos sísmicos.

Israel ha sufrido varios sismos en los últimos meses, el último de ellos el viernes, uno de 5 grados en la escala de Richter.

El valle del Jordán, el mar Muerto y, más al sur, el desierto de Arava y el mar Rojo, se encuentran sobre la falla sirio-africana, un lugar de frecuente actividad sísmica.


He visto la luz. Dejad de provocar sunamis, maricones.

viernes, 22 de febrero de 2008

La Soledad

 
Se apagaron las palabras y quedaron los silencios enredados en miradas y dijeron tantas cosas que no podían decir la palabras... No me gusta el título de la película, en ella apenas hay soledad, si acaso incomunicación, imposibilidad de lanzar puentes que te hagan entender al otro y permitirle verte sin aditamentos. La soledad es otra cosa, la soledad es eliminar al otro del discurso, suprimir el ruído que es siempre el otro, y sumergirse dentro, atrevernos a enfrentarnos con lo que somos. La incomunicación es siempre frustrante, la soledad puede ser demoledora o absolutamente gozosa.

De cualquier modo la película me gusta porque no es convencional, porque no se ciñe a un lenguaje, a unas leyes previas y externas a ella. Y eso me parece especialmente meritorio en un tiempo como el que nos ha tocado vivir en que el cine y la literatura se valoran por su facilidad de consumo. La mayor parte de las producciones que nos ofrecen o de las novedades editoriales se ciñen a unos parámetros previos conocidos por el lector/espectador/consumidor para no incomodarlo, para no cuestionar sus prejuicios, para que vuelva a consumir rápido el mismo producto fast-food previsible. Y yo, qué queréis, soy un antiguo, o sea, un vanguardista. Me gusta que me hagan cuestionarme los lenguajes aprendidos, me gusta que me enseñen que alterando el orden o la importancia de los elementos las mismas palabras dicen cosas nuevas.

Y me gusta la complejidad de las emociones humanas. Y lo que dicen las palabras detrás de su significado evidente. Y lo que nos cuesta hacer las cosas más fáciles y cómo por eso mismo terminamos haciendo las más difíciles. Y cómo mendigamos amor negando que nos lo den. Y qué difícil es todo, y qué fácil. Y todo eso sin recurrir a jugarretas sentimentalistas, sin darnos la comida molida, templada y aséptica de lo previsible.
Posted by Picasa
 
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