lunes, 16 de julio de 2007

¿Por qué?

Anoche me preguntaba por qué he vuelto a abrir un blog. Y la pregunta por supuesto sonó falsa y retórica. Porque siempre hacemos las mismas cosas por las mismas razones. Cuando tengo equilibrio mental y vital, cuando tengo proyectos, cuanto tengo paz, el blog se vuelve una carga inútil. He perdido el equilibrio, el blog es más carga que nunca, pero también es válvula de escape. De repente todo todo me supera. Me quedo sin vacaciones y siento que por primera vez en años el trabajo me me puede, me abruma, además ese sueño que pude casi tocar con la yema de los dedos, el de tener mi casa, desaparece de pronto ante mis ojos y sin ella mi proyecto vital inmediato se viene abajo. Y para colmo reapareces tú en mi vida. Me das más miedo que nunca, porque yo había cerrado todas las posibilidades, para ti y para todos. Pero tú eres tú. Y me pillas sin defensa, sin fuerza. Conozco mil refranes que me desaconsejan intentarlo y solo quinientos que me empujan al precipicio. La cabeza me dice cosas contradictorias. El corazón golpea mis costillas como un animal enjaulado porque él no entiende de razones ni refranes. Quizá sea el momento de decir, siéntate, quiero hablar contigo, tengo tanto que explicarte...

viernes, 13 de julio de 2007

vine buscando

Vine buscando a Cecilia Marceli. Dicen que fue mi madre. Mi otra madre me dio su partida de nacimiento y la mía cuando cumplí dieciocho. Y eso fue todo lo que supe de ella durante años. En realidad ni en mi partida de nacimiento ni en la suya se llama Cecilia Marceli. A quien vengo buscando es a Marcela Rodríguez Antón.

El hombre me miró de arriba a abajo y me invitó a pasar con un gesto leve de la cabeza. El corredor era oscuro. Olía a humedad. Su bata gris se confundía con las sombras cuando renqueaba sobre la pierna derecha. En el salón una lampara atenuaba con dificultad la penumbra.

Marcela era muy puta. Lo había sido siempre. Pero a mi no me importaba. Sabía guardarme mi sitio.

Habla de ella en pasado.

Murió antesdeayer. Pero si hubieras venido hace un año también te habría hablado de ella en pasado. Estuvo muerta en vida. Se le fue borrando quién era, desapareciendo sin sufrir, sin saber, perdida enmedio de una neblina cada día más espesa. Se inventó una vida para olvidarla luego. Qué trabajo más inútil.

Me hubiera gustado preguntarle tantas cosas.

No hijo no, Marcela además de muy puta era muy embustera. No te habría dicho nada que te sirviera. Sólo fantasías, ensoñaciones de grandeza.

Debió tener una vida interesante. Los viajes, los teatros.

Hombre, interesante, lo que se dice interesante... más bien una vida sin asidero. Una carrera sin freno hacia la nada.

Yo no supe quién fue hasta hace un mes y medio. Tenía mi partida de nacimiento y la suya guardadas desde hacía muchos años. Pero el nombre, Marcela Rodríguez Antón se me quedó siempre rebotando en la memoria y un día en el trabajo, en uno de esos ratos absurdos en que no te apetece hacer nada lo tecleé en Google. No sé por qué. Un impulso raro. Y entonces encontré las referencias. Marcela Rodríguez Antón "Cecilia Marceli" actriz española nacida en Lucena, Córdoba, en 1942. Aquella noche busqué la partida de nacimiento y efectivamente, era ella. Me arrepentí mucho de no haber intentado buscarla antes.

No hijo, tú no te arrepientas. Si Marcela no te iba a dar nada. Además todo lo que hayas encontrado sobre su vida era mentira. Toda ella era mentira.

Pero cómo va a ser mentira, traigo aquí el libro, "Elenco del teatro Español" del Crítico Bonifacio Lafuente donde hace una somera biografía y enumera todas las obras y todos los teatros en los que trabajó.

Mira hijo, Marcela era como era, muy loca, muy puta y Bonifacio es como es, un loco putero. Tal para cual.

Usted no me está ayudando nada. Yo vine buscando a Marcela, no a su mayor difamador.

No sé lo que será un difamador ni si yo lo soy. Pero sí sé que tú no viniste buscando a Marcela. Tú viniste buscando otra cosa. Una ensoñación, el tapón para un agujero, una aventura que contar. Lo que sea solo tú puedes saberlo. Pregúntate por dentro.

Y con un gesto me invitó a abandonar el salón y la casa.

martes, 10 de julio de 2007

Septiembre de 1903

SEPTIEMBRE DE 1903

Al menos dejad que me engañe con ilusiones
Para que no sienta el vacío de mi vida.
Y sin embargo estuve tantas veces tan cerca
Y sin embargo qué paralizado estaba, qué cobarde era.
¿Por qué permanecía con los labios cerrados
mientras mi vida vacía lloraba en mi interior,
y mis deseos vestían ropas luctuosas?

Haber estado tanta veces tan cerca
de aquellos ojos, de aquellos labios sensuales,
de aquel cuerpo soñado, amado
tantas veces tan cerca…


CONSTANTIN KAVAFIS

lunes, 9 de julio de 2007

volver a empezar

A veces dudo de querer vivir la vida que vivo o me fabrico. A veces sueño con universos desvaídos y perfectos, cautivos siempre del desmayo su propia perfección. A veces soy humano e invencible. A veces dejo sembrada de cadáveres la estela silenciosa de mis sueños. A veces construyo, deshago. A veces miento. Y me miento. A veces me sorprendo de lo cruel que puede ser la verdad después de haberla pronunciado. A veces te oigo y vuelvo la cara y no estás. A veces te llamo. A veces dudo de querer vivir la vida que vivo o me fabrico. A veces...


Aquí estoy otra vez, de repente, sin previo aviso. Porque sí. Este blog nace con vocación de permanencia, pero igual dura un mes, nace con vocación literaria aunque sabrá dios en qué se convierte. Nace. Y lo demás es vivir.

El texto con que empieza el post ha estado hasta ahora en todos mis blogs, es un espacio común a todos ellos, el hilo invisible que los une, que me une, al que fui.
 
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