viernes, 13 de julio de 2007

vine buscando

Vine buscando a Cecilia Marceli. Dicen que fue mi madre. Mi otra madre me dio su partida de nacimiento y la mía cuando cumplí dieciocho. Y eso fue todo lo que supe de ella durante años. En realidad ni en mi partida de nacimiento ni en la suya se llama Cecilia Marceli. A quien vengo buscando es a Marcela Rodríguez Antón.

El hombre me miró de arriba a abajo y me invitó a pasar con un gesto leve de la cabeza. El corredor era oscuro. Olía a humedad. Su bata gris se confundía con las sombras cuando renqueaba sobre la pierna derecha. En el salón una lampara atenuaba con dificultad la penumbra.

Marcela era muy puta. Lo había sido siempre. Pero a mi no me importaba. Sabía guardarme mi sitio.

Habla de ella en pasado.

Murió antesdeayer. Pero si hubieras venido hace un año también te habría hablado de ella en pasado. Estuvo muerta en vida. Se le fue borrando quién era, desapareciendo sin sufrir, sin saber, perdida enmedio de una neblina cada día más espesa. Se inventó una vida para olvidarla luego. Qué trabajo más inútil.

Me hubiera gustado preguntarle tantas cosas.

No hijo no, Marcela además de muy puta era muy embustera. No te habría dicho nada que te sirviera. Sólo fantasías, ensoñaciones de grandeza.

Debió tener una vida interesante. Los viajes, los teatros.

Hombre, interesante, lo que se dice interesante... más bien una vida sin asidero. Una carrera sin freno hacia la nada.

Yo no supe quién fue hasta hace un mes y medio. Tenía mi partida de nacimiento y la suya guardadas desde hacía muchos años. Pero el nombre, Marcela Rodríguez Antón se me quedó siempre rebotando en la memoria y un día en el trabajo, en uno de esos ratos absurdos en que no te apetece hacer nada lo tecleé en Google. No sé por qué. Un impulso raro. Y entonces encontré las referencias. Marcela Rodríguez Antón "Cecilia Marceli" actriz española nacida en Lucena, Córdoba, en 1942. Aquella noche busqué la partida de nacimiento y efectivamente, era ella. Me arrepentí mucho de no haber intentado buscarla antes.

No hijo, tú no te arrepientas. Si Marcela no te iba a dar nada. Además todo lo que hayas encontrado sobre su vida era mentira. Toda ella era mentira.

Pero cómo va a ser mentira, traigo aquí el libro, "Elenco del teatro Español" del Crítico Bonifacio Lafuente donde hace una somera biografía y enumera todas las obras y todos los teatros en los que trabajó.

Mira hijo, Marcela era como era, muy loca, muy puta y Bonifacio es como es, un loco putero. Tal para cual.

Usted no me está ayudando nada. Yo vine buscando a Marcela, no a su mayor difamador.

No sé lo que será un difamador ni si yo lo soy. Pero sí sé que tú no viniste buscando a Marcela. Tú viniste buscando otra cosa. Una ensoñación, el tapón para un agujero, una aventura que contar. Lo que sea solo tú puedes saberlo. Pregúntate por dentro.

Y con un gesto me invitó a abandonar el salón y la casa.

2 comentarios:

Sísifo de Éfira dijo...

Puede que el difamador tuviera razón.
¿La tenía?

mikgel dijo...

No sé quién tenía razón. A veces, la razón y la verdad son anguilas escurridizas, prismas con mil caras.

 
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