miércoles, 11 de febrero de 2009

 
Posted by Picasa


La tarde, el campo. Ha salido el sol. La tierra está húmeda pero firme. La lengua excesiva del temporal ha compactado los caminos.

Oigo mis pasos desatinados. Me paro. En el silencio se distinguen apenas unos trinos lejanos. Pero el silencio lo ocupa todo y recorre mi espalda como una caricia ausente. Luego mis pasos vuelven a marcar un tam tam de sueños entre los trigales recien nacidos y rompen la armonía perfecta.

Asusto a una culebra, pongo en desbandada a una collera de perdices. Soy un depredador terrible a sus ojos.

La tierra huele a profundidad.

Este campo es el mismo campo de siempre, pero tan distinto siempre, su abrazo reconfortante, su silencio cómplice, su olor a hogar.

El camino, la paz.

1 comentario:

Vulcano Lover dijo...

pena que no disfrutes tanto de la música... eso que dices suena tanto a viola da gamba, a barroco francés, a Saint Coulombe...

 
Locations of visitors to this page